Querida Jenny González

Jenny, te quería enviar un audio, pero prefiero escribir, eso me ayuda a drenar mis conclusiones y dejarlas plasmadas.

Primero que nada me siento muy apenado por el hecho de que recibas llamadas de esta persona.

Mis relaciones con las personas nunca terminan de maneras similares como esta. Yo respeto mucho los acuerdos y por lo general salgo perdiendo en ellos.

No obstante, eso suele pasar con personas que demuestran educación, respeto y rectitud. Siempre me relaciono con gente así. En este caso no fue así porque mi acuerdo fue con la dueña, la señora Gledys, que en paz descanse, y con la persona encargada de la inmobiliaria que realizaba los contratos. No conocía a las hijas de la dueña para ese entonces.

Esas personas

Esas personas están acostumbradas a conseguir las cosas por medio de acciones forzadas. Parece que el difunto esposo de la dueña era militar, y por un tiempo les dio una relativa buena vida a su esposa e hijas gracias a acciones fraudulentas y extorsiones, pero eso luego finalizó.

La dueña tuvo que rentar su apartamento y vivir en casa de una amiga porque no tuvo como sustentarse por más tiempo. Y, bajo mis propias apreciaciones, y comentarios de la señora de la inmobiliaria, sus hijas no la ayudaban en absoluto.

Abusos

Con el tiempo fue que me di cuenta de la calaña de las hijas de la dueña. Cosa que con el tiempo la misma señora de la inmobiliaria me confesó.

Mientras yo viví en ese apartamento fui objeto de abuso por parte de esas personas. El apartamento fue arrendado en calidad de amueblado y eso fue clave para la evaluación del monto a pagar. Con el tiempo ellos me exigieron que les retornara un sillón que estaba relativamente bien conservado y una mesita de sala, cosas que era lo único que yo vi que podían llamarse muebles. Eso fue un abuso, me sentí ofendido cuando lo hicieron, se suponía que eso venía con el apartamento.

Luego a la semana aproximadamente me informaron que habían llevado el mueble para que lo revisara un tapicero y este dictaminó que el mueble estaba humedecido con orina de niño. Eso fue una acción desvergonzada y de baja calaña. Dijeron que lo arreglaron y que el costo de eso fue el total del depósito que había dado por el apartamento.

Al año siguiente tuve que poner de nuevo la totalidad del depósito que ya había dado una vez. Eso fue una experiencia bastante indignante para mí.

Yo me mudé a ese apartamento para sacar a mi familia de la casa de mis padres y vivir mejor, pero eso costó que el dinero que tenía para una futura compra se desvaneciera. Todos los años los incrementos del alquiler eran como si lo alquilara por primera vez. Pero nuevamente, unos de mis objetivos era irme de allí.

Yo tenía que darle una impresión diferente a María, pero para mis adentros yo ya había asimilado que había caído en una situación de estafadores e intimidadores.

Mis acciones siempre han estado supeditadas a la necesidad de tranquilidad y paz mental. Cuando estas cosas pasaban yo evitaba discutir y entrar en conflicto. Porque sentía que no iba a lograr nada, más bien, podía empeorar. Y en ese apartamento vivía mi familia.

“Lavadora” y “secadora”

Lo que ellos llaman “lavadora” y “secadora” no es lo que parece. Ellos se refieren a dos peroles viejos de plástico que no funcionaban, del tamaño de dos cajas de zapatos cada uno; eran unas cosas que había que darles vuelta con las manos prácticamente. Eran algo que nunca había visto y no he vuelto a ver en mi vida. Si acaso, de funcionar, solo cabía un pantalón allí para lavar. Era algo que nunca se usó y que solo estorbó en el apartamento. Que al contrario que el mueble, nunca tuvieron la decencia de sacarlo a pesar de mis múltiples solicitudes.

Cuando escucho que la persona que fue a recibir las llaves preguntó por “la lavadora” y “la secadora” me dio una vergüenza ajena y, a la vez, lástima por una persona de tan baja calaña y de pobreza mental.

Fueron cosas tan insignificantes que hasta olvidé qué pasó con ellas. María recientemente comentó que yo hablé con la dueña en su momento para botar eso y que le di algo a cambio, me parece recordar que fue así. Algo similar pasó con la cama que prácticamente se desarmaba sola.

De más está decir que el apartamento que se supone fue rentado con calidad de amueblado, es decir, cama, lavadora, secadora, sillón y mesita de sala, era una farsa. Lo de la lavadora y secadora, como ya comenté, era una mentira. Yo tuve que comprar todo eso, yo compré una lavadora, una secadora y una cama. Ellos se llevaron el sillón y la mesita de sala. Ambas cosas también tuve que comprarlas también. Pero seguía pagando renta de un apartamento amueblado.

Los aires

Ellos parece que tienen todo claro menos lo que no les conviene. El apartamento fue rentado con un solo aire acondicionado. Al cual yo le realizaba mantenimiento periódicamente. Un técnico iba casi todos los años para limpiarlo abajo en el edificio (que más de una vez algún vecino se quejaba porque decía que el agua sucia perjudicaba las plantas).

El otro aire es mío, yo lo compré. El cual creía que había sido incluido en la mudanza, pero ya veo que no fue así, lo dejaron allí. No obstante, no importa que se lo queden. Pero hay que tomar en cuanta que ese aire tiene un valor inmensamente mayor a los vejestorios que ello habían dejado allí. De hecho, esas “lavadora” y “secadora”, como ellos llaman, yo los valoro en 0 (cero). No tienen valor.

Podía haberme quedado con el apartamento por derecho

Cuando la dueña falleció ellos mantuvieron un halo de ocultismo. Creían que yo iba a actuar como ellos están acostumbrado. Es decir, que yo iba a tomar acciones para quedarme con el apartamento. Porque, al parecer, el chavizmo en Venezuela apoya este tipo de acciones, donde el inquilino ha pasado una cierta cantidad de años pagando una renta y, más aún, si el dueño fallece. O, por lo menos, eso es lo que ellos creen.

Por eso ellos mantenían oculto el tema del fallecimiento de la madre. Esa creencia, seguramente, fue lo que los motivó a falsificar el documento de poder que llevaron en su momento.

Está claro que ellos creían que yo intentaría quedarme con el apartamento por derecho propio. ¿No deberían entonces estar agradecidos que nada de eso se llevó a cabo?

No, al contrario, cuando se dan cuenta de que no soy una persona de esa calaña, en vez de agradecer, se aprovechan más, tratan de sacar lo más que pueden.

La entrega

Yiniva envió un audio donde pude darme cuenta de lo despectiva de la persona que retiró las llaves. No te dejaba hablar y se mostraba despectiva con respecto al depósito. Cuando le comentaste sobre el intento de fraude, indicó que así se hacen las cosas en Venezuela. Imagínate.

Esa persona, entiendo, debió haberse presentado con un cheque con el equivalente al depósito dejado por garantía. Entiendo que de eso ni la sombra.

Buscando una razón

Yo mismo, buscando dar fin a esto, apenado por la incomodidad de que ellos te contacten a ti, me siento tentado a dar comienzo por mi mismo a hacer ajustes a ese apartamento. Para ello trato de buscar las razones convincentes. Pero no las encuentro. Se me hace imposible realizar tales acciones sin darme cuenta que estaría haciendo lo incorrecto. Estaría de alguna manera dejándome intimidar.

¿Por qué?

Esas personas no reconocen que las ventanas estuvieron en mal estado desde el momento de la entrega y que incluso faltaba un cristal completo. Pero exigen que sea reparado y que se coloque el cristal que falta. Aún cuando eso contribuyó al accidente de mi hijo donde casi pierde la mano. Nada de eso es comentado por ellos. No existe por parte de ellos un: “caramba, de verdad lamentamos lo sucedido y te entendemos”.

Ellos por bajo ningún motivo reconocen el dinero dejado a modo de depósito año tras año, pero exigen tajantemente que se les deje el apartamento limpio y pintado. No existe por parte de ellos: “aquí tenemos el cheque con tu dinero del depósito”. De hecho, si yo entrego el apartamento totalmente arreglado ellos tendrían que darme el depósito, cosa que para ellos en lo absoluto no entra en consideración.

Ellos no reconocen el tiempo y la burla que fue dejar vejestorios en el apartamento que estaban rentando, pero preguntan ¿dónde están? Como si se tratara de cosas con valor. Lo llaman “Lavadora” y “Secadora”. Al llamarlos así, cualquiera se imagina algo que es totalmente diferente a lo que realmente eran: dos peroles viejos e inservibles que hacían estorbo al inquilino que pagaba la renta cada mes sin falta. Y que gracias a ello las hermanas se libraban de darle dinero a la madre. Pero quieren que se les indemnice como si se tratara de una lavadora y secadora nuevas de verdad que estuve usando por años.

Un sentimiento de injusticia

Los puntos anteriores me hacen pensar en aquellos cristianos que murieron a mano de la injusticia por no dejarse quebrantar. Muchos cristianos fueron perseguidos a través de la historia y se les obligaban a no profesar la palabra. Ante esto, los que se negaban, fueron asesinados.

Me parece que ese sentimiento que ellos habrán sentido es el que siento yo ahora.

Es que, aparte de la primera enseñanza de Cristo, que trata del amor, no menos importante fue su enseñanza sobre la justicia. Es decir, tenemos que amar al prójimo y a Dios sobre todas las cosas, pero ser justos ante todo. Y seder ante la injusticia, sería dar paso a la maldad.

Entonces pienso si ellos son más personas que yo, o si son más poderosos, o son personas con más valor. ¿Por qué exigen aún estando en desventaja?

En conclusión

Creo que la bulla viene solo de parte de una de las hijas, la que quiere quedarse con el apartamento para ella sola, imagino. Esa persona tiene sus problemas, que vienen dado por la manera de actuar en la vida. No tienen mucho pero quieren dar la impresión contraria. Quieren viajar, tomarse fotos y mostrarla a los demás.

Imagino que para ello quiere vender el apartamento, pero no quiere gastar en su adecuación. No obstante, si la mamá le dejó el apartamento y lo desea vender, entonces debe solucionar sus problemas sin perjudicar a los demás.

Simplemente son personas que están acostumbradas a hacer de las suyas que está vez no les salió como querían.

A mi me cuesta mucho trabajo hacer mi dinero. Que me gano honestamente.

Deberían estar agradecido

No me quedé con el apartamento, cosa que a ellos les preocupaba en un principio, ni siquiera se intentó.

Tampoco se colocó una denuncia a la policía por el intento de fraude y el acto de intimidación.

Me tienen que devolver el depósito, y no lo estoy reclamando.

Me deben indemnización por mantener vejestorios por más de una década.

Me deben indemnizar por la falta de mantenimiento de la ventana que contribuyó al accidente de mi hijo.

Me deben indemnizar por los intentos de fraude que causó que me apoyara contigo para esto.

Me deben el dinero que me robaron correspondiente al primer depósito cuya excusa fue por la mentira del mueble que tuvieron que volver a tapizar.

A pesar de todo lo anterior, les estoy regalando un aire acondicionado.

Pero nada de lo anterior está en consideración por parte de ellos.

Para ellos no todo terminaría con un ajuste

Si yo caigo en su intimidación, si yo realizara una especie de ajuste para dejar algunas cosas en el apartamento más adecuadas, esa persona no me dejaría en paz. Querrá que pague todos los recibos de luz y condominio hasta la fecha. Y si al momento de venderlo hay un bombillo malo, me va a llamar para que yo lo compre. Esa gente es así.

Por eso es que yo no les estoy recibiendo los intentos de contacto. Porque son intentos de fraudes e intimidación.

Un sentimiento de dignidad me obliga a no ceder ante reclamaciones injustificadas de personas sin escrúpulos.

Esto fue tratado con Cesar bajo unos acuerdos que él aceptó

Este tema tuvo su conversación con Cesar, ya que el resto de las hermanas quedaron excluidas debido al intento de fraude.

Yo le expresé mi postura a Cesar y él la aceptó. Dijo que está bien, que ellos se encargarían de la adecuación del apartamento. Entendiéndose que, a cambio, no estarían sujetos a ningún tipo de indemnización hacia mí por los puntos ya expuestos.

Luego de ello, él encomendó a alguien para que retirara las llaves y así fue, las retiró. Por lo que el asunto quedó concluido. Ya Cesar no me ha contactado más.

De haber querido continuar con alguna negociación (sin sentido) no debieron haber recibido las llaves.

Me parece que si alguna de las hermanas tiene alguna objeción (ya no válida porque el asunto culminó) debería dirigirla a Cesar. Ya yo me salí de ese asunto al momento de acordar con Cesar la entrega de las llaves.

Agradecimiento

Hoy me he dedicado a escribir esto porque siento que te lo debía.

Una de las razones por la que terminé viniendo a los Estados Unidos era para dejar atrás todas estas malas experiencias y estar en un país donde este tipo de acciones no frecuenten. Yo me arrepentí de haber rentado ese apartamento y haber caído como víctima de esas personas.

Una vez más, quedo agradecido de tus servicios.